Sobre el blog

Con la lectura de El fin de la eternidad (Isaac Asimov, 1955) no pude evitar pensar que era una novela sobre viajes en el tiempo que transcendía su clásica concepción habitual. En lugar de exprimir el siempre socorrido recurso de las paradojas temporales para contar cualquier otra historia que le apeteciera al autor, se utilizaba el mismo concepto para aportar una coherencia extraordinaria no sólo al propio relato, sino al género de la Ciencia-Ficción en general.Con la explicación proporcionada en esta obra se dota  al subgénero de  la time-opera y al universo de los viajes temporales de una coherencia y consistencia, que años más tarde serviría nada más y nada menos que de probable inspiración a los físicos Novikov para el principio que lleva su mismo nombre; y al archiconocido Stephen Hawkins a enunciar su conjetura de la protección cronológica.

Por esa visión seria y racional de la ciencia-ficción, pero sin descuidar al mismo tiempo las aventuras épicas y románticas, y por intentar aportar aunque sea mi infinitesimal grano de arena personal, dedico está bitácora a la divulgación de la ciencia-ficción.

Sean ustedes bienvenidos Al final de la Eternidad.

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